La realización de una perforación en nuestro cuerpo requiere de las más rigurosas medidas de higiene y esterilización para que todo resulte sin problemas. Si has decidido hacerte un piercing, es importante que sigas estas recomendaciones para prevenir infecciones o retrasos en el proceso de cicatrización:
- Recoge tu cabello los primeros días después de haber hecho el piercing, especialmente si tienes una cabellera larga.
- Evita dormir del lado del piercing hasta que esté completamente curado. Esto reducirá el riesgo de torcerlo y la formación de pequeñas protuberancias alrededor del agujero.
- La limpieza diaria es esencial. Lava la zona con suero fisiológico de dos a tres veces al día, utilizando bastoncillos estériles. Si hay granitos o costras, humedécelos y retíralos suavemente.
- Si la curación va bien, puedes mover la joya suavemente después de lavarte las manos con jabón antiséptico.
- Puedes cambiar la joya después de 60 días si la cicatrización es parcial. La cicatrización completa se alcanza después de seis meses.
- Evita usar productos como alcohol, cremas, agua oxigenada o productos yodados para la limpieza diaria.
Además, es importante tener en cuenta otros factores para una cicatrización adecuada, como dormir siempre del lado contrario y recoger el cabello para evitar que infecte el agujero. También es recomendable evitar que los piercings entren en contacto con productos de peluquería, como tintes o aerosoles, para no retrasar la cicatrización.
Una vez que consideres que el piercing está curado (sin hinchazón, enrojecimiento, pus o dolor), puedes cambiar la joya. Sin embargo, siempre es recomendable hacerlo de la manera más higiénica posible. Siguiendo estos consejos, podrás evitar infecciones y asegurarte de que tu piercing se cure correctamente.
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